Como informamos el
sábado pasado, el domingo día 19 se realizó el descenso de nabatas por el río
Zinca. Tras la tradicional misa nabatera, en la que se pide que vaya todo bien
y que no les pase nada a los nabateros, el almuerzo y el posterior esfuerzo para
sacar alguna de las nabatas, salió la primera, una de dos trampos, que realizó
todo el descenso sin problemas; en esta iban, entre otros, la joven nabatera
del Zinca y un nabatero de Echo. La segunda, fue otra de dos trampos, en la que
iba uno de los Nabateros d’a Galliguera, Martín Ortas; esta nabata tuvo algunos
problemas durante la bajada, el primero en el paso de Pescadores, como se ve en
las fotos; y finalmente, tras otros incidentes, los nabateros tuvieron que
llegar a pie a su destino. La tercera y última nabata era la de tres trampos,
sobre la que bajaba un nuevo nabatero.
Después de la
bajada, todos fuimos acudiendo a La Carrasca, típico lugar donde se toma el
vermut tras el descenso de las nabatas. Y pasado un rato bonito en el que los
nabateros comentan sus maniobras en cada uno de los pasos más complicados,
bajamos a comer al pabellón de Aínsa.
Respecto al día,
hizo una mañana templada, con algo de sol, pero también con momentos de nubes.
Más tarde empezó a llover e incluso apedregó un poco. Algunos nabateros
tuvieron suerte, otros, tuvieron que enfrentarse a esos malos ratos del
temporal. Pero al final, por suerte, todos llegaron bien, que es lo más
importante.
Finalmente,
resultó ser un día estupendo con gente muy grande. Ahora, ¡a ver si nos vemos
pronto de nuevo nabateros!
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